10 dic 2012

Lunes, 3 de Diciembre de 2012




Los últimos días del viaje se están haciendo más frenéticos a medida que quemamos cartuchos; actualizar este Journal a tiempo se está convirtiendo en un reto para el que voy sacando tiempo en los ratos de tren o bus (si no voy durmiendo :p), cafeterías en que paramos a descansar y entrar en calor, y la habitación algún rato antes de ir a dormir; y aún así he acumulado un retraso ¡¡de casi tres días!! Pero bueno, que en el último viaje no pude escribir ya q ir en grupo implica que nunca hay momentos libres ¿eh, owos? ;)
Día soleado. Me levanto dolorido y cansado; por suerte hoy será día tranquilo por Kyoto. Bajamos y sobre las ocho estamos en un importante templo al lado del hotel: Nishi hongan-ji. Llegamos poco antes q empiece a llenarse de gente y escolares y de nuevo muy poco occidental. La luz del sol, la humedad de ayer y las hojas de los momijis dan mucho juego fotográfico :)


Dejamos el templo y compramos algo de desayuno en un convini cercano, y pillamos el bus hasta otro templo: Sanjūsangen-dō, el de las 1001 Kannon, la diosa de los 40 brazos que con cada mano toca 25 mundos por lo que en realidad es la diosa de los 1000 brazos.

No nos dejan hacer fotos dentro, pero Wil hace alguna de estranjis:

En la sala donde las exhiben solo podemos admirarlas: 500 tamaño maniquí grandote para q nos entendamos, una enorme, y otras 500. Y con estátuas de varios dioses guardianes: del trueno, del dragón... Este está cerca de Gyon, otro golpe de bus y allá estamos, aunque a media mañana no tiene especial interés porque las geishas q se ven son de "pega": chicas que se han vestido como tales en alguno de los sitios que ofrecen el servicio por un pico y que han salido a hacerse fotos.


De ahí, más bus hasta el Eikando Zenrin-ji, un grupo de grandes templos en el extremo de la ciudad, a tocar de las boscosas montañas. Extremadamente bonito en esta época, lleno de momijis rojos, canales y laguitos.



Los templos son magníficos aunque tampoco dejan hacer fotos del interior; y la vista desde lo alto de uno es espectacular. Aquí hemos tenido q comprar entrada pero vale bien la pena.



Terminamos la visita y bajando por una calle de casas muy pija vemos una más tradicional con una carta a 1000 yens el menú. No hay nada más a la vista, así q entramos y nos saluda la señora de la casa, nos quitamos los zapatos y nos guía hasta su comedor donde ha plantado varias mesas bajas y cojines para sentarse en el tatami. El menú consta de 2 opciones: arroz y encurtidos con pescado, o con ramen. Uno de cada, "one, one" digo yo, q pronunciado queda "wan wan" q es el "guau guau" japonés y les hace mucha gracia XDDD Nos sirve el té la abuela de la casa, sentimos algún "wan wan" por la cocina y nos traen los platos que están deliciosos.

Sólo hay otra pareja comiendo, entran más tarde y son japoneses XD Salimos q apenas son las tres de la tarde, y decidimos buscar un templo en una hondonada, oku-no-in, q sale en la guía Lonely Planet y q según su autor es lo mejor de ver e imperdonable no verlo. La ruta es clara: encontrar un acueducto de ladrillo rojo y seguir la carretera paralela hasta llegar a una hondonada en medio del bosque con toris de color claro y una cascada. Hay una riada de japoneses dirigiéndose hacia el lugar, y en efecto enocontramos un tramo de acueducto muy inglés, de ladrillo rojo q parece atraer japoneses a mansalva.

Un caminito sube hasta el canal de agua, y un camino sube hasta un templo muy bonito q al principio pensamos es el buscado, pero no tiene toris ni cascada.


Subimos aún más el caminito, en solitario, pero se adentra en la montaña y tras adelantarme yo unos 100m no parece querer bajar ni menos ir en la dirección correcta.

Volvemos hasta el acueducto y vemos q algunos japoneses siguen el canal por un caminito de tierra que transcurre a ambos lados.

Lo seguimos con cierta aprensión porque no parece ni camino ni mucho menos carretera por muy paralela que vaya (no hay otra). El paisaje, eso sí, idílico: pared y montaña a izquierda, todo lleno de musgo y hojas de momiji con el dorado sol del atardecer colándose entre las ramas y reflejándose en las gotitas de humedad de rocas y plantas; el canal a nuestra derecha con el caudal de agua bajando raudo y veloz en dirección contraria, el otro caminito y bajada casi vertical llena de árboles hasta los primeros edificios de la ciudad, metros abajo. El canal gira tras un rato, aparece un puentecito de cemento y lo cruzamos porque nuestro camino muere entre la maleza pocos metros más alante y el otro deja atrás el precipicio y se ensancha. Somos un par o tres de parejas q estamos por aquí, ningún occidental. Seguimos y el canal desaparece en una serie de compuertas, como si el agua manara de aquí. Todo está vallado, hay una casita para el vigilante y poco más. Un caminito entre las verjas parece bajar a la ciudad, pero los carteles de advertencia y que los japoneses han dado media vuelta nos hacen desistir y admitir q no vamos a encontrar ningún idílico templo de brillantes toris y cristalina cascada. Y lo q es peor, entre ir y ahora volver habremos perdido más de una valiosísima hora de sol y estamos a una hora en bus de Inari. No ayuda despistarnos a la vuelta y no encontrar la parada, ni que cuando la encontramos y pasa el bus número 5 q lleva a Inari esté hasta los topes, y q pasemos casi una hora de pie y con un calor acondicionado y humano insufrible, avanzando a paso de caracol por el tráficazo, parando en todas las esquinas habidas y por haber y viendo cómo se nos va la luz a ojos vista. Peor: este bus NO va al sur de Kyoto, termina en la estación central y allí búscate la vida para encontrar el núm.5 con el kanji "sur" delante. Son las 5, hay media hora hasta Inari, y las tres líneas de andenes numerados con letras, hay q ir a mirar una por una porque el mapa central no especifica qué buses paran. ¡UN GRAN ERROR! Para cuando encontramos el andén, el 5-Sur no lo anuncian en los 15 minutos q esperamos antes de desistir: ya es casi de noche y en Inara cierran con la caída del sol. Abatidos, volvemos al hotel a replanificar las cosas y por el camino pasamos por el súper a comprar algo de cena; por un lado Wil decide q tenemos suficiente margen mañana para ir a Inari en tren de JR q según la web tarda 5 minutos (y nosotros perdiendo el tiempo con el puñetero bus), pero hay q ir nada más abran la agencia de transporte Yamato (tipo SEUR pero en fiable) a las 8 y hay q rellenar un impreso de envío.Salgo a buscarlo mapa y GPS en mano (la app q hablé el otro día). Para variar el mapa japonés está "simplificado" y acabo dando vueltas por oscuras calles q no aparecen. Entro en un comercio y me sale un médico con bata y todo q me acompaña a la calle y me indica unas manzanas más arriba. Allí pregunto a un guardia q entraba a un convini aún de uniforme y me envía en sentido contrario -_- A los 20 minutos, tras comparar mapa y GPS deduzco la calle (no tienen nombre... -_-U) y resulta estar un par de bloques de pisos después de la consulta (Dr Troll!!). Vuelvo al hotel y Wil, indignadísima ha estado buscando info del Templo Perdido y resulta q o no existe o nadie ha sido capaz de dar con él, pero sí con el puesto de aguas. Yo que el vigilante, me planteaba montar cuatro toris con cañas de bambú y cobrar entrada a los incautos de la guía Lonely Planet. En fin, acabamos cerrando de nuevo la maleta y cenando...

...mientras vemos los dos últimos capítulos de Sword Art Online que me bajé ayer con el iPad (y estamos a la par con la emisión de TV aquí en japón).


Cualquier aficionado a los videojuegos online tipo RPG disfrutará con esta serie y sus guiños, y además no cae en tantos tópicos ni abusa del moe ni de ángulos de cámara imposibles ni de fanservice gratuito como últimamente ocurre con casi todas las series ;)
Y finalmente a dormir temprano q mañana dejamos Kyoto temprano y toca trote y quitarse el mal regusto de la tarde perdida y la trolleada de la guía z_zUU

Entrada original en LiveJournal

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