13 dic 2012

Al pan, pan; y el catalán, en Catalunya

He estado las últimas horas dándole vueltas al tema del catalán en las escuelas de Catalunya. No voy a entrar en ideologías, me ceñiré a los hechos: después de décadas con un sistema de educación que prima la enseñanza del catalán por ser lengua minoritaria respecto al castellano y muy castigada durante la dictadura franquista, los resultados de la Selectividad (examen a nivel Español que hay que pasar para poder acceder a la Universidad) demuestran que todos los estudiantes catalanes acaban la enseñanza dominando tanto el catalán como el castellano. De hecho, si salimos a la calle oiremos los dos idiomas indistintamente y si nos vamos a Barcelona, lo raro en algunos barrios será oír el catalán.

Yo, como hijo de padres andaluces que fueron a vivir a Catalunya, he vivido en mis carnes el modelo de inmersión y si he de confesar la verdad, no recuerdo en qué momento aprendí cada lengua. Cuando fui suficientemente mayor para hacerme esta pregunta, ya las sabía y las tenía asumidas y hablaba ambas con normalidad. Hacer más o menos faltas ortográficas, eso ya es algo que se cultiva o que se deja marchitar con los años.

Por eso ahora con la que está cayendo, con los recortes a nivel estatal en educación y con unos resultados escolares nefastos... me hace mucha gracia que el gran problema a solucionar sea que en Catalunya se enseña el catalán y que algunos creen que eso perjudica al castellano. Por una cosa que lleva décadas (repito: DÉCADAS) funcionando, ¿realmente hace falta legislar y encabritar a la gente porque algunos no les gusta que se enseñe como se enseña el catalán?

Y lo peor es ver como grandes mártires del sistema a esas pocas familias que piden que a sus hijos se les enseñe en castellano. ¿Sabéis qué veo? Veo adultos egoístas, incapaces de asumir una realidad lingüística que no les gusta y que odian por lo que sea, y que como no logran superarlo tratan de TRASLADAR a sus hijos el mismo problema que tienen ellos. Y creedme que sé de lo que hablo porque he visto a una de esas familias conseguir que sus hijos no estudiaran en catalán como los demás, y he visto a esos hijos años más tarde deprimirse porque sus amigos no tenían ningún problema con las dos lenguas y ellos sí con el catalán y se sentían mal (todo el rollo adolescente de ''no encajo'', pues añadidle un complejo más a todos los que ya vienen en el pack de la adolescencia).

Cada día tengo más claro que hay una serie de políticos (por no decir la mayoría) que por ganar un poco de notoriedad, desviar la atención de lo que realmente importa y de paso, llevarse unos cuantos votos de gente que sólo escucha lo que quiere oír, desmontarían la propia democracia. Ah no, que eso ya lo están haciendo.

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