10 dic 2012

Jueves, 6 de Diciembre de 2012




El despertador suena a las 5:40 y la habitación está muy fría. El aire acondicionado tarda un buen rato en reaccionar y la extraña estufa de combustión q parece coger el combustible de una tubería y tener una toma de aire en el exterior, la apagué al irnos a dormir porque no me fío un pelo de estos trastos (este además cuando el termostato llega a la temperatura edtablecida se apaga y ak rato vuelve a encender electrónicamente la llama). Salimos a la calle a las 6:15, cae una fina llovizna, sopla un viento glaciar y es negra noche. Los cruces están señalizados con leds en el suelo de las aceras, y el otro día cuando granizó, del centro de las carreteras brotaron chorritos de agua como para evitar la formación de hielo.

Cogemos el tren de las 6:47 a Minoota, que atraviesa las montañas descubriéndonos un paisaje agreste y asombroso.

Una hora y media después, cambiamos de tren y media hora en tren local hasta Tajimi, y de ahí casi dos horas en un Express tipo Shinkansen como el primero hasta Matsumoto, durante las cuales hemos visto un par de capítulos de Yuru-Yuri, he escrito buena parte del journal, hemos hecho alguna foto del paisaje y hemos dormitado algún rato.

Al llegar, una voz femenina por megafonía anuncia "Matsumotoooooó" XDDD Buscamos taquillas para dejar las mochilas, vamos al punto de información turística y salimos a una amplia plaza bajo un sol clarísimo y radiante y un viento casi huracanado y helado provinente de las montañas altisimas y nevadas q circundan la ciudad.


Seguimos el mapa hacia un punto de préstamo gratuito de bicicletas, pero no existe o se han quedado sin ninguna y no lo sabemos ver pese a estar nosotros exactamente donde debería. Tiramos a pie sin preocuparnos demasiado, y en 10 minutos y poco entramos en los jardines del castillo. Éste no es especialmente grande, pero sí espectacular y original, sin destrucciones ni reconstrucciones de por medio y *tachán*tachán* ¡¡no está ni en obras ni reconstrucción!! ¡¡Y dejan hacer fotos dentro!!


Los jardines no son especialmente llamativos, el foso lleno de carpas, patos y algún cisne sí lo es; también hay un par de águilas volando por encima a ver si pillan algo, dejándose llevar por las corrientes de aire. Pagamos 600 yens x persona para entrar al castillo, de seis pisos, todo de madera y realmente pequeño: la parte central suele estar despejada, alrededor las escaleras super-empinadas q suben, y uno de los pisos es especialmente bajo y sin ventanas para pasar desapercibido desde el exterior y q parezca no existe.




El penúltimo piso, era la zona ejecutiva y el último, un magnífico mirador a los cuatro puntos cardinales.


Me encanta este castillo. Por cierto, el hecho de que no sea completamente blanco como la mayoría de castillos japoneses, lo hizo pasar desapercibido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

ME ENCANTA *__*
Eso me lleva a pensar a que aquí los templos y los iconos religiosos suelen ser muy coloridos, en contraposición con el gris triste y apagado que impera en la religión Cristiana... claro que en realidad no es cierto. Los japoneses cuando restauran lo hacen al pie de la letra, sustituyendo y repintando y rehaciendo lo que haga falta. En nuestro caso, se sabe que la mayoría de Iglesias estaban vivamente pintadas, incluso las estátuas clásicas griegas y romanas estaban pintadas con colores q probablemente nos horrorizarían y q no se han conservado ni restaurado pese a poder hacerlos. ¿Alguien se imagina una audiencia al César de algún famoso peplum de Hollywood, con las estátuas pintadas como faisanes? XDD Pues aquí eso se lo ahorran porque nunca han tenido restauraciones "descafeinadas" sino tan completas q un templo puede quemarse hasta los cimientos y ser reconstruido 100% como estaba (bueno, a veces más pequeño... pero eso no se yo si es muy ortodoxo ^^UU). En fin, visto el castillo tenemos más tiempo del q pensámos...



En serio, esta es la única norma q los japoneses se saltan hasta niveles de recochineo máximo
Volvemos a la estación y cogemos el primero a Nagano y allí nuestro último Shinkansen del viaje, hacia Ueno, Tokyo. Antes de cogerlo hemos visto un Vie de France y nos aprovisionamos para almorzar durante los 100 minutos de trayecto en q terminamos Yuru-Yuri, dormitamos un rato y pongo al día el journal.



Nuestro último Shinkansen, decorado con motivos otoñales y la mascota de la Suica, el pingüino mono; en España los decoran con bonitos graffitis y dibujitos obscenos ^^
Y finalmente bajamos en Ueno, que han decorado con muchos motivos navideños q no estaban cuando nos fuimos, y salimos a la concurrida calle.

El clima de Tokyo es mucho más suave y se nos antoja casi caluroso. Como vamos bien de tiempo entramos en una tienda de juguetes, peluches, figuras... hacemos un par de compras y camino al hotel Edoya. Cuando llegamos, susto porque el recepcionista no recuerda q haya llegado ninguna maleta; pero al final nos señala un rincón y ahí está nuestro maletón. Cogemos los otros dos q nos guardaban y subimos a la habitación, la misma del principio del viaje :)


La moqueta de nuestro querido Edoya. Al menos te dejan ir con tus zapatod hasta la habitación y no te los confiscan a la entrada como hacen la mayoría ^o^U
Wil se va al onsen, yo me ducho, desmontamos un poco las maletas y a las 6:30 bajamos al hall a mirar el correo, llamar a casa... hasta q Cristina envía un mail diciendo q ya está todo el grupo reunido en Ueno para ir a cenar: ¡Teníamos mal entendida la hora, habíamos quedado a las 18:45 y no a las 19:45! Salimos pitando de nuevo hacia la estación y nos ponemos allí en 20 mins. Es un caos de gente e igual q la última vez cuesta un montón encontrarnos con Cristina y Erina. Al final las vemos y nos llevan a un Izakaya donde están los demás: Konomi, Nori, Takashi, Saki, Noriko y Ryohei q llegó más tarde.



El local en una segunda planta, es una serie de apartados con tatami y mesas bajas y al sentarse, hay como una zanja para bajar las piernas y estar realmente sentados :) El menú fue sencillito: pinchos, encurtidos, nabe, pollo rebozado, edamame, ensalada... y había barra libre de bebida: corrió la cerveza, el umeshu (licor de ciruela con hielo, dulce y muy bueno). Estuvimos hasta casi las 11, charlando en un mix de castellano, inglés, y lo q saben Cristina y Wil de japonés y pasándolo muy bien y hechando de menos al resto del grupillo (recordamos entre risas, comiendo edamame, cuando Jose empezó a dejar las vainas vacías en el platito de vainas llenas y la confusión al ir a coger y no encontrar el fruto dentro XDD).



Salimos todos más contentos que unas castañuelas y Noriko propuso de ir a hacernos purikuras (las típicas fotos como de fotomatón pero en super-currado, con filtros, edición de dibujitos, textos... muy girlish; de hecho la máquina por defecto ya aplica un filtro como de "belleza" q a lo photoshop maquilla las caras XDDD






Takashi pescó dos peluches de una máquina de gancho para Cristina y Wil :)
Cuando terminamos nos despedimos, nada de karaoke esta vez porque mañana la mayoría trabaja temprano.


Nos lo pasamos muy bien, ¡muchas gracias a todos!
Así q nos despedimos efusivamente y volvemos al hotel a caer rendidos en el futón x_x

Entrada original en LiveJournal

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