3 ago 2016

Trip to NY - 31/07

Último día de agosto, amanece encapotado y la previsión amenazando lluvia a partir del medio día. Desayuno rápido y sobre las 10 estamos en camino para aprovechar en lo posible la calma. Objetivo: Soho, Little Italy y Barrio Chino. El Soho muy pijo alternativo un poco rollo Barcelona, pero con todo cerrado por ser domingo; y la zona italiana casi la pasamos porque está muy invadida por la china. Como sea, desayuno en Ferrara, una famosa pastelería muy buena donde probamos los canolis que son unas pastas rellenas con forma como de macarrón muy buenas.


A la salida ya bajo algunas gotas mal contadas, visitamos la zona italiana llena de restaurantitos, almacenes y tiendas de recuerdos.




Luego al barrio chino, lleno de caóticas tiendas de todo tipo (pescaderías, supermercados, verdulerías, tiendecitas de comida, restaurantes...), muchas veces enfocado todo ello a su propio consumo.






Compramos un bubbletea y unos pork buns y cuando empieza a llover con puntualidad Suiza a las 12, metro hasta la plaza Columbus Circle. ¿Es aquí el Daily Planet? Tenía una entrevista con un tal Clark Kent...




De ahí iremos al American Natural History Museum. Diluvia, y el tramo subiendo por el lado del parque se nos hace eterno.



Llegamos empapados hasta el museo, pero antes almorzamos en Shake Shak, un caos de local por lo abarrotado que estaba, del tipo pides lo que quieres, lo pagas, te dan un llavero electrónico y cuando vibre, a recoger el pedido. Entretanto buscamos sitio y tenemos suerte que deja de llover y mucha gente sale en estampida. La hamburguesa buenísima, de las mejores que hemos probado.




Ante la presión de la gente que sigue haciendo cola tras el despeje temporal, salimos y hacemos cola en el museo: como media hora larga para comprar las entradas (al menos ya no llueve). Hay muchísima gente, familias enteras pasando la tarde de domingo con los críos, turistas... la marabunta.


La cosa ya pinta rara cuando nada más entrar no vemos apenas indicaciones, ni stands con planos e información; y se convierte en un despropósito cuando descubrimos que las salas son inmensas, de recorrido confuso y lleno de recovecos que acaban en callejones sin salida que obligan a volver sobre tus pasos. Apenas hay personal a la vista, sales a pasillos de pronto vacíos entre sala y saja, llegas a escaleras que no tienen continuidad entre pisos, te topas con tiendecitas del museo puestas al tuntún, en todo el primer piso sólo hay unos lavabos sobresaturados y apenas indicados, diferencias brutales de temperatura entre salas, decenas de puertas "staff only"... y esto es solo la estructura. Las exposiciones están divididas en zonas del planeta: flora, fauna, culturas, etc. Y todo es a base de reproducciones, y sospechamos que mayormente animales disecados: da grima ver a una manada de monos estáticos tras un cristal en un box que reproduce su hábitat. Y pájaros. Y así con todo (excepto claro, los humanos aborígenes de diversas partes del mundo). Y todo lo demás excepto alguna cosilla, son reproducciones, con lo cual el espectador se lleva la impresión de estar viendo la colección enciclopédica de animales disecados de un taxidermista del siglo pasado en su intrincado y poco iluminado desván. Apenas alguna pantalla, ninguna animación ni video para ver esos guepardos en acción... nada. Una colección de arte disecado y detenido en el tiempo. Como dicen aquí, disturbing. Clar que a lo mejor somos nosotros, porque la gente a nuestro alrededor no para de hacerse fotos, selfies, recorriendo las salas de arriba a abajo siguiendo los intrincados recorridos con afán, señalando todo y pasándoselo pipa.








En fin, se nos pasa la tarde yendo de sala en sala mirando de refilón un poco de todo, hasta encontrar la zona de los dinosaurios, más moderna y donde al menos sabes que no hay otra manera de representarlos que con sus esqueletos, historia de los yacimientos, aquí sí alguna pantalla y animación, el impresionante Titanosaurio cuya cabeza sale de la sala... En un lateral se accede a una nueva zona dedicada al espacio, aquí sí todo muy moderno y diáfano, aunque hayan metido una esfera gigantesca representando todo el cosmos, a la que se entra y te enseñan una proyección inmersiva de 4 minutos en la zona central, que no justifica el resto de la esfera, ocupado en nada más que cascarón.



Descendemos en círculos representando el tiempo desde el bigbang, otra tienda en zona demasiado grande, sin rastros de ninguna cafetería, y a las seis aviso de que van a cerrar y que vayan saliendo. ¿Y la gran ballena, una de las dos grandes atracciones del museo junto con los dinosaurios? A la carrera, de pabellón en pabellón siguiendo un mapa que hemos encontrado hasta encontrar por ahí el gigantesco lugar de la vida marítima.



Cuatro fotos rápidas con la reproducción de la gigantesca ballena, y hacia la salida. En fin... al menos ya no llueve, vamos directos a pillar el autobús y tras pasar por el supermercado, volvemos al apartamento. Ducha, relax, vemos un rato la tele (un programa de pruebas atléticas muy chungas, American Ninja o similar), y mientras cenamos se pone a diluviar de golpe, oímos algunas sirenas raras y en los móviles salta aviso de inundaciones en la zona: se trata del sistema de alerta civil, al parecer porque hay zonas que pueden sufrir riadas repentinas por las tormentas.


En la televisión dan algunos boletines y al parecer ha habido inundaciones y coches arrastrados y creo que hasta dos víctimas, pero la previsión dice que pasará pronto y de hecho la lluvia fuerte dura poco y en unas horas, deja de llover.

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