11 sept 2013

Via Catalana, vía hacia la independencia

El 11 de septiembre es la "Diada" de Catalunya, la fiesta de nuestra Comunidad Autónoma en que paradójicamente no se celebra ninguna victoria ni ningún descubrimiento sino una derrota: la derrota del pueblo catalán en 1714 a manos de las tropas de Felipe V, rey Borbón que los catalanes no reconocían ya que apoyaban a Carlos de Habsburgo. Y es que tras la derrota catalana, Felipe V en represalia abolió todas las leyes y libertades y órganos de gobierno propios de Catalunya que pese a estar dentro de la unidad política de España, gozaba de un estatus institucional muy diferenciado e independiente.

Podemos decir sin equivocarnos que la política Española ha sido siempre centralista: todo pasa por Madrid, empezando por la política y acabando por el mapa de vías y carreteras. Y eso siempre ha chocado con el espíritu catalán que ha aspirado a cotas de mayor autogobierno y gestión de sus recursos. Las Comunidades Autónomas en que se divide España se crearon precisamente para este fin, tras la muerte del dictador Franco y la instauración de la democracia. Pero fue una solución precipitada, mal implementada, cuya revisión o adaptación en función del cambiar de los tiempos ha sido cuasi nula. A eso hay que sumarle el odio existente entre el sector de pensamiento más unitario y españolista, que no ve con buenos ojos la existencia de ninguna región que ponga por delante del castellano ninguna otra lengua ni quiera discutir lo que se diga desde Madrid.

Así las cosas, durante años ha habido el habitual y esperable y sano tira-y-afloja de un gobierno Regional que quiere gestionar mejor su región, versus un gobierno Central que no está dispuesto a ceder más que lo mínimo porque quiere dirigir todo el cotarro.

¿Y por qué estas ansias catalanas de independencia? Intentaré explicarlo tan brevemente como pueda, desde mi experiencia y punto de vista como catalán.


El sentimiento independentista ha existido siempre, con épocas de mayor apoyo o menor apoyo en función de la bonanza económica, el entendimiento con el gobierno central de turno, etc. Sin embargo todo cambia allá por 2004, durante na campaña electoral del partido en el gobierno central, el PP -de derechas-, con Jose María Aznar al mando. Este presidente, que venía de gobernar durante ocho años el país (los últimos cuatro con mayoría absoluta), se granjeó bastantes odios a todo lo largo y ancho de España debido a su carácter de ordeno-y-mando, y sus polémicas e irrevocables decisiones, como la decisión de apoyar la Guerra de Irak al lado de George Bush y Tony Blair. Con la popularidad por los suelos, temeroso el partido de perder la mayoría absoluta, aquélla lejana campaña de hace 10 años fue muy pero que muy sucia. Se usaron argumentos despectivos contra la oposición, se lanzaron al viento críticas envenenadas y mentiras con el objetivo de minar al contrario, y se puso a trabajar la maquinaria mediática (televisiones, periódicos, foros de internet...) que diera pávulo a todas aquellas informaciones. Se llegó a asociar a Esquerra Republicana (partido tradicionalmente independentista catalán) con terroristas de ETA. El PP quizá esperaba inclinar a su favor la opinión pública mediante una campaña agresiva del miedo y la desconfianza, pero la triste y cruda realidad quiso que se produjeran los sangrientos atentados del 11M, inicialmente atribuidos a la banda terrorista ETA pero que en pocos días quedó demostrado que había sido un atentado islamista en represalia a la participación Española en la guerra de Irak. El PP, en una incomprensible decisión, mantuvo por activa y pasiva la autoría de ETA, quiso tachar a toda la oposición de mezquina y miserable, y trató de mantener engañada a toda la ciudadanía a toda costa porque las elecciones eran muy pocos días después y un atentado islamista restaría miles si no millones de votos a un gobierno antipático que había metido al país en una guerra inútil y sangrienta.

Fue peor el remedio que la enfermedad. La mentira mediática del PP, más el desgaste por una legislatura opresiva y autoritaria, hicieron que los conservadores de Aznar pasaran de gobernar con mayoría absoluta a perder ampliamente las elecciones. Y esta derrota nunca la superaron ni la asimilaron ni aprendieron nada de ella.

El PP estuvo en la oposición durante dos legislaturas (ocho años) durante las que gobernó el PSOE -de izquierdas- con Jose Luís Rodríguez Zapatero como presidente. Durante estos años, el PP y sus medios afines alimentaron la teoría de la conspiración, en la que se intentaba demostrar que el atentado islamista fue cosa de ETA, que la izquierda de Zapatero irrumpió el día de reflexión antes de las votaciones con la mentira de los islamistas, convocando a la gente a manifestarse en la calle y consiguiendo tumbar el gobierno del PP. Durante AÑOS ENTEROS, el PP indirectamente insistió machaconamente en esta teoría, buscando e inventando pruebas, testimonios, pidiendo revisiones de los juicios y sentencias, manifestándose en Madrid con asociaciones de Víctimas del Terrorismo de ETA y con la Iglesia, con la que tradicionalmente se ha entendido mejor (recordemos que con Zapatero al poder, se aprobó por ejemplo una ley del aborto más moderna -ahora derogada o en trámites para ello- y el matrimonio homosexual -actualmente en el punto de mira-). A medida que la teoría conspirativa perdía fuelle y apoyos ante la información mundial que cualquiera podía consultar en la red o en otras TVs y medios informativos, el PP basó sus campañas en el desprestigio de los catalanes. Sí, así como suena. Aliados de Zapatero tras la victoria electoral, con la promesa de aprobar un nuevo Estatuto de Autonomia que garantizara mejores cuotas de autogobierno, el PP lanzó toda su maquinaria mediática contra esta concesión que llegó a tildar como "la fractura de España". Según ellos, cualquier concesión al autogobierno de Catalunya significaba poco menos que el final de España como país y la victoria de los malísimos e insolidarios independentistas (que a fin de cuentas, estaban pidiendo una regulación del marco de convivencia autonómico dentro del país). El PP y su cohorte de medios y seguidores inició campañas de desprestigio, manifestaciones, recogidas de firmas contra el catalán (que pasó de ser una lengua autonómica que Jose María Aznar hablaba en la intimidad, a ser una imposición a los niños pequeños para aleccionarlos en la independencia en detrimento del castellano que estaba quedando relegado y olvidado). El que escribe, os puede asegurar que el castellano ni se está perdiendo ni mucho menos va a perderse. Fruto de estas calumnias machaconas, con canales de TV emitiendo debates sesgados y difamatorios casi las 24 horas del día, se llegó a cotas esperpénticas: en las redes se propuso un boicot al cava catalán y aquellas Navidades, se decidió que en vez de comprar cava catalán para las Fiestas, se compraría champán Francés como "represalia" a lo malísimos que eran los catalanes. La campaña tuvo un seguimiento masivo por parte de los ciudadanos que se estaban creyendo todas aquellas mentiras, y aquellas Navidades las bodegas de vino catalán tuvieron un descenso de ventas dentro de su propio país, perpetradas por vecinos de otras Comunidades Autónomas que cada año habían comprado puntualmente sus botellas.

La atmósfera de odio y desconfianza volvía a estar más cargada que nunca. No ayudó "el talante" del PSOE de Zapatero, que aunque era más dialogador permitió que el Estatut de Catalunya que debía cambiar y mejorar el autogobierno catalán, fuera masacrado y destrozado en los juzgados al caer ante denuncias interpuestas siempre por el PP. Abatida la gran promesa electoral de Zapatero a los catalanes, los partidos independentistas quedaron noqueados y desorientados, y su masa ciudadana empezó a mirar cada vez con más desconfianza hacia el gobierno de Madrid. La llegada de la crisis y la incapacidad de Zapatero y su gobierno de reaccionar, junto con las desconfianzas y odios hacia Catalunya aliada natural de Zapatero desde su elección, consiguió el resto: el PP acaparó de nuevo una mayoría absoluta fruto de las críticas a la gestióni de la crisis de Zapatero y del odio y desconfianza creados hacia los catalanes.

Hace cosa de un año de este triunfo electoral. En este tiempo, el PP abanderado esta vez por Mariano Rajoy (ya que Aznar se retiraba de la política, desgastado, precisamente ese fatídico 2004) ha gobernado haciendo exactamente lo contrario a lo que prometió en su programa electoral. Los Españoles hemos sufrido radicales subidas de impuestos, draconianos recortes en sanidad y educación e I+D, así como pérdida de estabilidad laboral amén de un paro que llega ya al 25% de la población activa. El PP está ahora mismo manchado por casos de corrupción y de financiación ilegal a lo largo de más de una década y se ha llegado al esperpento de tener Rajoy que comparecer ante los periodistas a través de una pantalla de TV para no tener que responder preguntas. Este panorama sin embargo es una menudencia: aprovechando la mayoría absoluta que ingénuamente los Españoles le granjearon, el PP de Rajoy está intentando recentralizar y acumular todo el poder que una vez se cedió a las Autonomías, especialmente y con ahínco con Catalunya. En este añito y pico de gobierno, los Ministros de Rajoy han interceptado competencias catalanas tan básicas como las horas de enseñanza del catalán en las escuelas catalanas y han cedido competencias tan interesantes como la megafonía de los trenes de Cercanías... eso sin contar que siempre han barrido hacia Madrid o sus gobiernos regionales a la hora de construir infraestructuras, etc (por ejemplo, en los trenes de Cercanías de Barcelona, España ha invertido un 10% de lo primetido durante 2012 mientras que en la Comunidad Autónoma de Madrid invirtió un 110% de lo prometido).

He llegado hasta aquí para intentar describir el cómo está ahora mismo el pueblo español: gobernado por unos personajes antipáticos, que no han hecho más que recortar y quitar derechos, y que encima siguen con una especie de revanchismo hacia Catalunya en materia de cualquier tipo de autogobierno, metiendo mano en competencias ya adquiridas previamente, cambiando las leyes a golpe de decretazo sin contar con los demás partidos porque la mayoriá absoluta permite tumbar cualquier votación a favor siempre del PP, y por supuesto, medios afines y TVs siguen lanzando críticas y mentiras sobre Catalunya. Encima, la situación política española es recurrente: el guiso del gobierno se lo comen dos grandes partidos que gobiernan alternativamente cada una o dos legislaturas (cuando el PP se desgasta, sube el PSOE y cuando éste se desgasta, vuelve a subir el PP, ambos con casi las mismas caras, las mismas actitudes, las mismas tendencias y las mismas maneras de gobernar).

Así las cosas, es lógico que con el pasar de los años, el pueblo catalán cada vez se mostraría más independentista y menos unionista, ¿verdad? Pues los políticos españoles no deben verlo así, porque ante cada petición de mejora autonómica, ante cada intento de mejorar la situación, el no rotundo ha sido siempre la respuesta, lo que ha alimentado más ganas de independencia y por supuesto los partidos catalanes que tampoco son tontos (ni limpios y también recurrentes y repetitivos como el ajo, pero eso es materia para otra historia...) han aprovechado la coyuntura para recabar todos esos apoyos y lanzarse cada vez más hacia adelante conforme desde Madrid ponían más trabas y barreras e intromisiones. Ojo: la independencia no es una invención de ahora, es un pájaro que ha sobrevolado las mentes de los catalanes durante siglos fruto precisamente de una cultura y un idioma distintos al pais en que se integran. Catalunya podría haber sido perfectamente otro país más si la coyuntura histórica hubiera sido propicia, y ese sentimiento siempre ha existido y existirá y de hecho es bueno y natural que exista.

La Diada del 11 de Septiembre de 2012 reunió más de un millón y medio de catalanes en Barcelona, en una manifestación apolítica y multitudinaria, pidiendo la independencia. Un año más tarde, con el talante del PP más activo y contrario que nunca a ninguna concesión a los catalanes, la Diada de hoy ha conseguido crear una cadena humana de más de 400.000 personas que cruzaba de norte a sur todo el país. Eso sin contar con tramos duplicados por la inesperada afluencia de gente, manifestaciones en la mayoría de ciudades, y miles y miles de actos por toda la geografía catalana. Por contra, el acto del PP presuntamente para celebrar el Día de Catalunya en Barcelona, ha agrupado 200 escuetas personas escuchando un discurso técnicamente unificador pero que lo único que esconde es odio e incomprensión.

La Via Catalana de hoy, va a hacer que los políticos catalanes traten de convocar una consulta independentista el próximo 11 de Septiembre de 2014, fecha además muy especial porque se cumplen 300 años de aquél fatídico 1714. El gobierno del PP de Rajoy ya ha dicho que ni hablar, que usará todas las armas legales a su alcance para evitarlo... y sigue sin entender que la única arma factible es sencillamente sentarse a hablar y ceder en ALGO. Una mejora de la financiación para Catalunya (el % de impuestos que se recaudan y que van a Madrid y luego una parte vuelve para costear los gastos catalanes), una mejora de infraestructuras (por ejemplo el corredor ferroviario mediterráneo que conecte los puertos mediterráneos Españoles con Francia y Europa para activar el comercio), dejar en paz el catalán y su enseñamiento (llevamos 20 años enseñándolo así, y no hay ningún problema en absoluto)... estas pocas cosas conseguirían que mucha, muchísima gente se repensara el hecho de la independencia. Sin embargo, me temo que la cerrazón, el odio y la represalia seguirán siendo el único lenguaje de un gobierno acorralado por la corrupción, incómodo, antipático, odiado por la mayoría de Españoles, que se defiende a cornadas como un toro acorralado y rabioso.

Por eso están las cosas como están.
Son el fruto de 10 años de estupidez política reiterada.
Son la consecuencia de una clase política inculta, inapropiada, y corrupta.
Esto es lo que pasa cuando para conseguir el voto fácil, se juega con la convivencia de la gente.
Porque el odio es muy fácilmente inflamable, pero dura generaciones enteras y cuesta muy mucho apagarlo.

En definitiva, las ansias independentistas adormecidas durante 300 años han florecido gracias a la ineptitud y la irresponsabilidad de los políticos Españoles, que como yo suelo decir, han hecho el trabajo sucio a los partidos independentistas que nunca hasta ahora habían conseguido tanto apoyo por parte de la ciudadanía. Si será algo bueno o algo malo, aún está por ver. Yo, por todo esto y sin haber sido independentista, estoy de acuerdo con la independencia. Un país cuyos gobernantes ningunean y pisotean a una de sus regiones sólo por ser diferente o caerle antipática, lo único que busca es que dicha región acabe cansándose y marchándose con viento fresco. Especialmente si dicha región ya tenía una identidad propia que en otras circunstancias históricas, podría haberla convertido en país con todas las de la ley.

4 comentarios:

  1. Gran com sempre, Toni. És un plaer llegir-te. Totalment d'acord.

    Grande como siempre, Toni. Es un placer leerte. Totalmente de acuerdo.

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  2. És la primera vegada que llegeixo el teu blog, i m'encanta. Aquest post ha estat genial, he llegit coses que no sabia! M'encanta!

    Ah si, la xifra oficial dels participants a la cadena humana ha estat de 1.060.000 persones. Sense contar, es clar, els llocs amb manifestacions i altres coses.

    El que més m'ha sorprés es que en entrevistes fetes al 3/24 i al 8tv, els representant del PP hagin dit que, només la gent que ha sortit són independents. Cal dir que hi ha una gran majoria que no ha pogut sortir (com per exèmle jo) pero que tenen un gran sentiment independentista.

    Bé, no vui fer-me pesat. Que m'ha encantat llegir ^^

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    1. Moltes gràcies Gelmy. La xifra de participants inscrits a la Via Catalana era de 400.000 persones, però més tard es van comptar les persones que s'hi van afegir arribant a aquesta xifra de més d'un milió de persones; sense comptar les que es van manifestar a diferents ciutats, van fer actes, etc etc etc.

      No facis cas del que diguin els del PP: no tenen credibilitat. Quan ells convocaven manifestacions a Madrid contra el Zapatero i reunien posem que 100.000 persones, ja els servia per dir que es tractava de l'opinio majoritària de la ciutadania Espanyola. Ara, com que no els interesa, diuen el contrari i es queden tant amples.

      Gràcies per llegir-me i fins aviat.

      ____

      Muchas gracia Gelmy. La cifra de participantes inscritos en la Via Catalana era de 400.000 personas, pero más tarde se contaron las personas que se unieron a última hora, llegando la ciifra a más de un millón de personas; sin contar las que se manifestaron en diferentes ciudades, organizaron actos, etc etc etc.

      No hagas caso de lo que digan desde el PP: no tienen credibilidad. Cuando ellos convocaban manifestaciones en Madrid contra Zapatero y renían pongamos por caso 100.000 personas, ya les servía para decir que se trataba de la opinión mayoritaria de la ciudadanía Española. Ahora, como no les interesa, dicen lo contrario y se quedan tan anchos.

      Gracias por leerme y hasta pronto.

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